lunes, 14 de noviembre de 2011

Pensar la profundización: Modelo económico

Por Augusto Taglioni

Las últimas medidas del gobierno, han generado como era de esperar, una serie de falsos vaticinios que poco tiene que ver con la realidad económica de nuestro país. Definiciones como “Ajuste progre” fueron reproducidos por las corporaciones mediáticas en el marco del análisis sobre la política de control a la fuga de dólares o la quita de subsidios a las grandes empresas. De todas formas, antes de meternos en la discusión sobre el sentido de estas medidas, es necesario recordar cuáles fueron las recetas económicas importada desde los centros de poder durante la década de los 90.

En primer lugar, el modelo neoliberal instauró un proceso de desnacionalización del aparato productivo sostenido por un marco jurídico muy beneficioso para los capitales extranjeros. Esta política dejo como saldo en la actualidad que un 68 por ciento de las empresas mas importantes del país (338 de 500) son extranjeras o tienen participación de capitales trasnacionales y concentran el 89 por ciento del total de utilidades, siendo la mitad de nuestro PBI. Las ventajas jurídicas, la deuda externa y las privatizaciones fueron los factores centrales de la penetración de los capitales extranjeros en Argentina. La Ley de radicaciones extranjeras impulsada por Martínez de Hoz permitió que los capitales foráneos se hiciera dueños y señores de las riquezas nacionales, ya que otorgaba los mismos derechos a una empresa extranjera que a una nacional, anulando todo tipo de regulación sobre los capitales ingresantes en cualquier zona geográfica de nuestra patria. Esta medida reemplazaba la de Sustitución de importaciones, que era lo que generaba el ingreso de divisas a través de las exportaciones. La entrega de nuestra soberanía política e independencia económica frente al capital financiero generó un marco legal y jurídico para que los grupos económicos dominen nuestro aparato productivo a través de un modelo extractivo sin regulación que priorizaba la especulación financiera por sobre la producción, el incentivo al consumo y la generación de empleo. Desde las proclamas del Consenso de Washintong, se institucionalizaron las mas feroces políticas neoliberales, tales como el cierre de las empresas, la falta de trabajo, el aumento de la pobreza, congelamiento de salarios y jubilaciones, la hegemonía de los monopolios y la exclusión política, social y cultural. Estas eran las políticas de ajuste que vivió nuestro pueblo. Lo suficientemente claras como para tolerar acusaciones de quienes quieren volver al congelamiento de los salarios como variable de ajuste.

Orientación del modelo económico

A partir del 2003, el modelo económico comenzó con  un proceso de desendeudamiento y recuperación del Estado como regulador de los destinos económicos. Una economía destinada mas al consumo y la generación de valor agregado, recuperación del empleo, de los fondos de los trabajadores, estatización de empresas llevadas a la quiebra por los capitales trasnacionales, cancelación de la deuda externa y posterior quita del 70 por ciento y la consolidación de América Latina como bloque de poder regional, fueron los primeros pasos hacia la dignidad de nuestro pueblo. Desde 2003 a la fecha el modelo económico fue avanzando en mayores niveles de autonomía respecto al control de las corporaciones sobre el aparato productivo y una fuerte confrontación con los monopolios mediáticos y productivos. Ahora es momento de discutir para donde se orienta el modelo entendiendo que para profundizar hay que desarmar el orden jurídico que sostienen los resabios neoliberales para tener mayor control respecto a lo que entra y sale en términos de divisas.

Discutamos las últimas medidas. En primer lugar,  el Decreto que obliga a las petroleras y mineras a liquidar las divisas en dólares en Argentina. Esta decisión es un primer paso en la discusión sobre la soberanía de nuestros recursos naturales, mediante un estado que controle para donde va la riqueza que produce nuestro suelo. En segundo lugar,  la quita de subsidios a las grandes empresas tiene varios elementos para analizar. Por un lado, la necesidad de que las grandes empresas dejen de recibir subsidios y se hagan cargo de la totalidad del monto, debido a que cuentan con la rentabilidad suficiente (estamos hablando de Mineras, Telefónicas, Bancos, Financieras, Juegos de Azar e Hidrocarburos) para no tener que aumentar el precio de la tarifa ni afectar la competitividad de la empresa. Por otro lado, si las tarifas tuvieran que aumentar, el sistema de costos tendrá que contemplar a los que mas pagan para que los sectores populares no se vean afectados. Resulta cómico como muchos sectores de la oposición, obedeciendo directivas de las corporaciones, no titubean en hablar de ajuste cuando algunos meses antes, supuestos políticos “progresistas” como Binner y Lozano, remarcaban como un error del gobierno subsidiar a estos sectores. Ahora, no solo hablan de ajuste sino que proponen congelar salarios por tres años. En tercer lugar, aparece en la agenda de los medios masivos, la política de control del dólar. Bajo el concepto de “Corralito K” los monopolios de comunicación han intentado generar desconfianza e incertidumbre argumentando que el estado se quedaría con los depósitos de los argentinos. 
Cabe aclarar que esto no tiene nada que ver con la medida tomada por el gobierno, cuyo objetivo es controlar la fuga de capitales y supervisar el origen del dinero teniendo en cuenta que hay quienes declaran ganancias por un monto inferior a las divisas que desea comprar. Se trata de tener incidencia sobre el mercado cambiario. Existen dos posibles formas de conseguir dólares:
1-Mediante el endeudamiento, a través de lo que muchos gurúes de la economía definen como "la vuelta al mercado de capitales y que forma parte del agrado de las cuevas financieras y los grupos económicos locales.

2-A través del control sobre el comercio exterior, medida adoptada por el gobierno.

Ahora, tomemos el título de la nota y discutamos la orientación del modelo económico. Para desbaratar los vaticinios de ajuste de la oposición, hay que tener en cuenta que el proceso político avanza hacia la consolidación de un capitalismo productivo con perfil industrialista de sustitución de importaciones y fuerte ingerencia en el control del aparato productivo y la generación de valor agregado en los productos que se exportan. El andamiaje que propone el circulo virtuoso de la economía es la formula argentina de cara a lo que se viene. Es decir, el Estado debe promocionar créditos accesibles que fomenten la producción, y de esta manera, tener más recursos disponibles para el consumo y la inversión. Cuando incrementa la inversión real, sube la producción de los recursos económicos generando más puestos de empleo. Al haber más empleo el ingreso estimula el consumo, y de la misma manera si existen excedentes estos serán destinados al ahorro. Este ahorro se canalizará al sector financiero y a su vez retorna al círculo virtuoso como crédito generador de más inversión, empleo y consumo. A diferencia de los que proponen algunos, esta circulo virtuoso debe tener los aumentos salariales como elemento principal. En todo caso, para combatir la inflación hay que atacar a los formadores de precios, y no al ingreso de los laburantes. Habrá muchos desafíos en estos años, y de ellos dependerá la orientación del modelo económico que estará ligado a eliminar las normativas que todavía heredamos del neoliberalismo, como la ley de inversiones extranjeras. Al mismo tiempo, serán importantes las políticas en clave de avance que proponga el proyecto nacional a partir de la constitución de la fuerza de la profundización. Consolidar el programa Agro-industrial para garantizar la soberanía alimentaria y seguir adelante en la construcción de la Argentina de la producción y el pleno empleo, implementar la Ley de Tierras para defender la soberanía de nuestra tierra y el aprovechamiento de su riqueza, controlar las divisas que producen las multinacionales para tener una política de defensa de los recursos naturales mucho mas fuerte (es central la discusión de YPF que debe volver a ser del Estado), tener mucho mas incidencia en el comercio exterior, seguir conquistando derechos laborales con el estatuto del peón rural, analizar una reforma impositiva y profundizar la disputa con los monopolios a través de la producción de pasta celulosa, entre tantas medidas que pueden venir en el marco de la profundización del proyecto nacional y popular.

Esto discutimos en Argentina. Lejos del caos de la Eurozona en donde países como España, Portugal, Italia y Grecia, se subordinaron a los centros de poder sometiendo a sus pueblos al verdadero ajuste, el hambre y la desocupación.  En Argentina discutimos como avanzar a un país de pleno empleo fortaleciendo las alianzas con los países de la región a través de la Unasur y el Banco del Sur, para lograr como dijo el Gral. Perón, “subordinar el capital y sus conveniencias al consumo y necesidades del Pueblo”.

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