lunes, 12 de octubre de 2009

UNA CURA QUE CURE A CURA

Por Augusto Taglioni





"Invitamos a la gente a que venga y vea como trabajamos, como el peludo, escarbando. La gente piensa que el pobre no existe, nos estamos arrastrando, no tenemos nada, estamos girando al descubierto. Que la sociedad se haga carne porque necesitamos que nos conozcan", denunció Alberto Ortega, trabajador de la cooperativa CURA que trabaja en la plata de reciclado.


Un 30 de abril del corriente, el Ministerio de Desarrollo Social de la Nación anunció 450 millones de pesos destinados al armado de cooperativas con el objetivo de generar puestos de trabajos genuinos. El dinero llegó a la ciudad pero no a la cooperativa y mucho menos a los trabajadores.

Las partes intervinientes fueron: El Ministerio de Desarrollo Social de la Nación quien destinó la suma dinero para el armado de la cooperativa, la ONG “NT”, encargada de asesorar técnicamente a lo relacionado con las maquinarias, el Rottary Club, cuya función -según declaraciones de los trabajadores- no fue del todo clara y la Municipalidad de Gral Pueyrredón a través del Ente de Obras y Servicios Urbanos (ENOSUR). Todos los involucrados están regidos bajo un convenio marco (486) que contempla los acuerdos entre las partes mencionadas.

El convenio sostenía que, una vez aprobado el presupuesto 2009, el municipio mediante las entidades privadas anteriormente señaladas se encargaría de garantizar todo lo necesario para el financiamiento de la cooperativa. Para ello, los trabajadores le dejaron al gobierno municipal una lista de materiales que el municipio se comprometió a otorgar una vez aprobado el presupuesto. El presupuesto ya fue aprobado y la planta esta parada. La plata nunca llegó.

"Estamos trabajando todo a pulmón. Estamos seguros que vamos a luchar porque tenemos una meta, se firmaron muchos papeles que no sabemos donde están. De acá no nos vamos a ir tan fácil", enfatizó Daniel Figueroa, Secretario General de la Cooperativa.

Las periódicas reuniones con Manuel Regidor, titular del ENOSUR, solo sirvieron para la indignación de 300 trabajadores que se sienten engañados. Todas las promesas que en abril entusiasmaban fueron borradas con el codo.

La cooperativa necesita para empezar a funcionar correctamente, camiones de rechazo y pala en “carácter de urgencia para mejorar la calidad de trabajo”. La ONG encargada del asesoramiento de las maquinarias también brilla por su ausencia, ya que, las maquinas están rotas y el arreglo es pagado por los mismos trabajadores de su jornal.

"Somos 353 asociados que escarbamos en la planta como animales, pinchándonos con las agujas, sin cobertura médica. En 9 meses de gestión no mejoro nada, nos están tomando el pelo", sostuvo Ortega. El 7 de julio se cumplieron los pasos burocráticos (aprobación en las respectivas comisiones, discusión en el Concejo deliberante y ejecución del municipio) para empezar con la entrega de materiales. Ante esta situación, Regidor retrasó la entrega alegando que no había dinero y por eso debían pasar 30 días más. Esta situación se repitió dos veces.

"El municipio aparto a NT y nos puso una empresa constructora (Constructora del sur SRL) para controlarnos, pero nosotros no lo permitimos. No vamos a permitir a terceros", explicó Figueroa. A su vez, agregó: "El proyecto original quedo nulo (Convenio marco 486) y ahora estamos dentro del proyecto del Banco Mundial que establece sobre 40 millones de pesos, el uno porciento para la cooperativa. El presupuesto del BM contempla también caminos civiles, comedores, guarderías, etc.

Los trabajadores se mantienen juntos y organizados esperando que lleguen soluciones para trabajar dignamente. “Quieren dividirnos”, reflexionó Ortega.

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